Desconexiones olímpicas: curiosidades poco conocidas de los Juegos
El parchís en Múnich 1972
En los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, durante una competencia, los participantes llevaron un parchís en lugar de un reloj. Al perder, la excusa era que se habían despistado jugando.
Malabares en Seúl 1988
En Seúl 1988, un jugador de balonmano francés, Jerome Fernandez, se divirtió haciendo malabares mientras esperaba su turno en el banquillo.
Los chicles de Michael Jordan
En los Juegos de Barcelona 1992, Michael Jordan fue visto llevando chicles durante un partido de baloncesto. Esta «costumbre» fue adoptada por muchos jugadores desde entonces.
El perro Beacon en Sidney 2000
En Sidney 2000, una atleta australiana, Rechelle Hawkes, jugó con su perro Beacon antes de un partido de hockey. El animal incluso fue considerado como una «mascota no oficial» del equipo.
Conclusión
Estas anécdotas curiosas muestran que, incluso en medio de la competencia olímpica, los deportistas encuentran formas de relajarse y divertirse.